Justicia

Esa mentira que llamas justicia no hizo nada por nosotros.  

Sufrimos durante años, todos y cada uno de los de días, esperando que alguien nos salvara, una ayuda, una esperanza, lo que sea que nos liberara del sufrimiento.

 Pero eso nunca llego, si tu preciosa justicia existiese, nos habría salvado, éramos inocentes, ninguno hizo nada para merecer eso y aun así tuvimos que sufrir.

 Por lo que cuando al fin vimos nuestra oportunidad, la tomamos, matamos a todos y a cada uno de ellos por todo lo que nos habían hecho, por los años de sufrimiento y dolor.

 No te atrevas a decirme que somos igual que ellos, porque al menos, nosotros los matamos rápido, nosotros les ahorramos todo ese sufrimiento.

 Así que no me hables de justicia, porque si esa supuesta justicia existiera, habrían sufrido tantos años como nosotros lo hicimos, en lugar de haberlo hecho por solo un momento.

Las palabras del emperador

“¿Creen ustedes que todo eso lo hice por gusto? ¿Qué un día decidí devastar regiones enteras y hundir a tanta gente en la pobreza? Claro que no, ustedes son solo un montón de chiquillos, no saben nada de las responsabilidades y decisiones que toma un emperador, no saben nada de responsabilidad real. Todas esas personas que están sufriendo, es una decisión que tuve que tomar, esos cientos sufren, para que varios miles más puedan vivir, todo su sacrificio jamás será olvidado.”

 “Pero ustedes, nunca se detuvieron a pensar, ustedes creyeron siempre tener la razón y que yo era nada más que un tirano, que esto me causaba placer, son solo niños malcriados que creen que las cosas deberían ser color de rosa.”

  

“Pues hasta aquí llegaron, tuvieron muchas oportunidades de reflexionar en el camino y nunca lo hicieron, así que los acabare ahora mismo, por la paz de un reino que ustedes nunca consideraron que se extendía más allá de su pequeño montón de tierra que llaman hogar.”

  

“Yo me ocupare de recordarlos, tan solo por el hecho de haber llegado hasta aquí pero hoy van a morir.”

La verdad

Nos hemos dicho las mismas mentiras una y otra vez, sobre lo que somos, lo que creemos y lo que queremos.

  

Les hemos dicho estas mentiras a amigos, familiares, conocidos y en especial, a nosotros mismos esperando que al decirlas a todo mundo, se volvieran la verdad.

 Las hemos repetido tantas veces, una y otra vez, que quizás ya es momento de que dejemos de hacerlo.

Es momento de darnos cuenta, que llevamos haciendo lo mismo durante demasiado tiempo, que eso no ha cambiado nada y no hará que nada cambie, ni hoy ni mañana.

Quizás, al fin es hora, de hablarnos con la verdad.

Es la hora de dejarnos de mentiras, que solo aplazan nuestra llegada al destino de lo que podemos ser un día.

Es hora de decirnos la verdad, quizás no porque la merezcamos, sino porque la necesitamos, hoy más que nunca.

Porque la verdad nos hará libres y nos ayudara a cambiar.

Y ya nos llegó la hora, de cambiar para mejor.

No sigamos con las mentiras ni un día más.